Nuestra historia
En el siglo XVIII, el colectivo médico vio la necesidad de ponerse de acuerdo y trabajar al unísono, agrupado y protegido por una nueva institución que estuviera a su servicio. A instancias especialmente del célebre cirujano Antonio Gimbernat y Arbós, en 1780, el rey Carlos III ordenó la creación del Real Colegio de Cirugía de San Carlos, como ya existían en Cádiz y Barcelona.
En 1781 se le encargó al arquitecto Francisco Sabatini su construcción en la zona comprendida entre Antón Martín y Puerta de Atocha, donde entonces se concentraban varios centros hospitalarios: Hospital General, Hospital Amor de Dios y Hospital de mujeres de La Pasión. En un principio, el Real Colegio se ubicó en los sótanos del Hospital General, en donde se habilitaron dos enfermerías para impartir la docencia.
Sin embargo, ese proyecto nunca llegó a ver la luz y hubo que esperar hasta el 12 de mayo de 1831, fecha en la que el rey Fernando VII concedió el antiguo Hospital de La Pasión para que se asentara el nuevo edificio, encargado en esta ocasión a su arquitecto mayor, Isidro González Velázquez, y cuyas obras se prolongarían hasta 1840 (con la colaboración del arquietcto Tiburcio Pérez Cuervo).
El 10 de octubre de 1843 pasó a llamarse Facultad de Ciencias Médicas (al agrupar Medicina, Cirugía y Farmacia) y, el 17 de septiembre de 1845, al separarse Farmacia, se transformó en una facultad independiente, pasando nuevamente a llamarse Facultad de Medicina de San Carlos, dependiente de la Universidad Central, y ampliándose con los edificios situados en la manzana comprendida entre las calles de Atocha, Santa Inés, Santa Isabel y Callejón del Niño Perdido.
En 1846 se fundó dentro de la facultad una nueva institución, el llamado Hospital Clínico de San Carlos, que se situó sobre una de las salas situadas en un ala del viejo Hospital General. Este hecho provocó continuas tensiones entre ambas instituciones, asunto que zanjó el Estado con la compra a la Diputación de dicha ala para unirla al complejo de la Facultad de Medicina.
Durante el último decenio del siglo XIX se vivió una permanente lucha entre los partidarios y los detractores de la colegiación obligatoria. Sin embargo, a mediados de 1893 se creó por fin con el nombre de Asociación, una iniciativa que dio sus frutos meses después con la concesión del carácter de "corporación al servicio de los intereses generales a disposición de la Administración Pública para asesorarla en los asuntos de su especialidad", y en 1898 quedó definitivamente constituido como Colegio, con el famoso Real Decreto de 12 de abril que aprobó los estatutos para el régimen de los colegios médicos.
Años más tarde, la Guerra Civil inició un período marcado por diversos avatares entre la clase médica y los poderes políticos -directivas elegidas por sufragio colegial, otras impuestas por las autoridades superiores, presidentes que se alternaban casi cada año…-, hasta que la normalidad volvió en los años 60 con la designación de nuevos presidentes, elegidos ya por los propios colegiados.
La sede del colegio, después de haber pasado por diferentes localizaciones geográficas –calles Barquillo, Mayor, Gran Vía, Esparteros, Alcalá, Príncipe de Vergara-, quedó finalmente establecida en 1970 en el magnífico edificio de la calle Santa Isabel gracias a una cesión del Ministerio de Educación y Ciencia, justo al lado del Ministerio de Administraciones Públicas y el Conservatorio Superior de Música.
Tras sucesivas reformas de conservación y modernización, actualmente esta sede se ha convertido en un centro donde tienen cabida todo tipo de actividades profesionales, científicas y culturales, adaptándose perfectamente a las necesidades de proyección social y de difusión de conocimientos médicos gracias a sus modernas instalaciones: Aula Ramón y Cajal, Aula Jiménez Díaz, Aula Gregorio Marañón, el Gran Anfiteatro (en su día Aula Magna de la Facultad de Medicina que se conserva tal como la concibió su arquitecto original, Jacques Gondoin), Pequeño Anfiteatro, Antigua Biblioteca, Aula Severo Ochoa, Aula Teófilo Hernando…
En sus ya más de cien años de existencia, el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid ha vivido numerosas Juntas Directivas, la elaboración de múltiples Estatutos, el nacimiento del Consejo General de Colegios Médicos de España, los avances técnicos, científicos y sociales de las diferentes épocas históricas, el desarrollo del Seguro de Enfermedad… En definitiva, etapas muy diferentes en las que se han obtenido grandes éxitos y salvado obstáculos con gran esfuerzo y dedicación vocacional.
En 1781 se le encargó al arquitecto Francisco Sabatini su construcción en la zona comprendida entre Antón Martín y Puerta de Atocha, donde entonces se concentraban varios centros hospitalarios: Hospital General, Hospital Amor de Dios y Hospital de mujeres de La Pasión. En un principio, el Real Colegio se ubicó en los sótanos del Hospital General, en donde se habilitaron dos enfermerías para impartir la docencia.
Sin embargo, ese proyecto nunca llegó a ver la luz y hubo que esperar hasta el 12 de mayo de 1831, fecha en la que el rey Fernando VII concedió el antiguo Hospital de La Pasión para que se asentara el nuevo edificio, encargado en esta ocasión a su arquitecto mayor, Isidro González Velázquez, y cuyas obras se prolongarían hasta 1840 (con la colaboración del arquietcto Tiburcio Pérez Cuervo).
El 10 de octubre de 1843 pasó a llamarse Facultad de Ciencias Médicas (al agrupar Medicina, Cirugía y Farmacia) y, el 17 de septiembre de 1845, al separarse Farmacia, se transformó en una facultad independiente, pasando nuevamente a llamarse Facultad de Medicina de San Carlos, dependiente de la Universidad Central, y ampliándose con los edificios situados en la manzana comprendida entre las calles de Atocha, Santa Inés, Santa Isabel y Callejón del Niño Perdido.
En 1846 se fundó dentro de la facultad una nueva institución, el llamado Hospital Clínico de San Carlos, que se situó sobre una de las salas situadas en un ala del viejo Hospital General. Este hecho provocó continuas tensiones entre ambas instituciones, asunto que zanjó el Estado con la compra a la Diputación de dicha ala para unirla al complejo de la Facultad de Medicina.
Durante el último decenio del siglo XIX se vivió una permanente lucha entre los partidarios y los detractores de la colegiación obligatoria. Sin embargo, a mediados de 1893 se creó por fin con el nombre de Asociación, una iniciativa que dio sus frutos meses después con la concesión del carácter de "corporación al servicio de los intereses generales a disposición de la Administración Pública para asesorarla en los asuntos de su especialidad", y en 1898 quedó definitivamente constituido como Colegio, con el famoso Real Decreto de 12 de abril que aprobó los estatutos para el régimen de los colegios médicos.
Años más tarde, la Guerra Civil inició un período marcado por diversos avatares entre la clase médica y los poderes políticos -directivas elegidas por sufragio colegial, otras impuestas por las autoridades superiores, presidentes que se alternaban casi cada año…-, hasta que la normalidad volvió en los años 60 con la designación de nuevos presidentes, elegidos ya por los propios colegiados.
La sede del colegio, después de haber pasado por diferentes localizaciones geográficas –calles Barquillo, Mayor, Gran Vía, Esparteros, Alcalá, Príncipe de Vergara-, quedó finalmente establecida en 1970 en el magnífico edificio de la calle Santa Isabel gracias a una cesión del Ministerio de Educación y Ciencia, justo al lado del Ministerio de Administraciones Públicas y el Conservatorio Superior de Música.
Tras sucesivas reformas de conservación y modernización, actualmente esta sede se ha convertido en un centro donde tienen cabida todo tipo de actividades profesionales, científicas y culturales, adaptándose perfectamente a las necesidades de proyección social y de difusión de conocimientos médicos gracias a sus modernas instalaciones: Aula Ramón y Cajal, Aula Jiménez Díaz, Aula Gregorio Marañón, el Gran Anfiteatro (en su día Aula Magna de la Facultad de Medicina que se conserva tal como la concibió su arquitecto original, Jacques Gondoin), Pequeño Anfiteatro, Antigua Biblioteca, Aula Severo Ochoa, Aula Teófilo Hernando…
En sus ya más de cien años de existencia, el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid ha vivido numerosas Juntas Directivas, la elaboración de múltiples Estatutos, el nacimiento del Consejo General de Colegios Médicos de España, los avances técnicos, científicos y sociales de las diferentes épocas históricas, el desarrollo del Seguro de Enfermedad… En definitiva, etapas muy diferentes en las que se han obtenido grandes éxitos y salvado obstáculos con gran esfuerzo y dedicación vocacional.