Ignacio Dávila: “Los nuevos tratamientos para la dermatitis atópica han producido cambios espectaculares en la calidad de vida de los pacientes”

07 jul 2023
Categorías: Entrevistas

En los últimos años, el diagnóstico molecular y los fármacos biológicos constituyen dos grandes avances en el campo de la alergología e inmunología para mejorar la vida de los pacientes. Explica estos y otros muchos avances clave de la especialización el Dr. Ignacio Dávila, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.

Dr. Ignacio Dávila, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Dr. Ignacio Dávila, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Actualmente las alergias se están incrementando, ¿cuáles son las que más han aumentado en las consultas en los últimos años?
 
La alergia que más se ha multiplicado en los últimos años es la de los alimentos, que se ha doblado, sobre todo en los niños, que aproximadamente ya puede afectar hasta un 10 % de los niños y un 5 % de los adultos.
 
¿Por qué está sucediendo esto?
 
No se sabe muy bien por qué se produce esto. Pero parece que tenga relación con el sistema de vida occidental, con los cambios que podemos tener en la microbiota intestinal, por la exposición a los alérgenos, a la contaminación.
 
En este campo se ha puesto en marcha una técnica que se llama la inmunización de tolerancia oral, una técnica reservada a los hospitales, que puede conseguir que los pacientes acaben tolerando un alimento como el huevo o la leche. Es un tratamiento largo y complejo, pero se consigue que el paciente tolere el alimento en cantidades normales o al menos las trazas, para evitar el riesgo de una reacción alérgica grave.
 
Los métodos diagnósticos para afrontar esta oleada de alergias han avanzado mucho y cada vez son más personalizados, ¿puedes ahondar en esta cuestión? 
 
En alergología los tratamientos siempre han sido personalizados. No se trataba por igual el asma provocada por los ácaros, que por hongos o epitelios. Sin embargo, la introducción del diagnóstico molecular ha permitido conocer distintos factores para predecir posibles reacciones y hacer recomendaciones más precisas. Por ejemplo, según el grado de sensibilización a una molécula u otra, sabemos si el paciente puede tener más riesgo desarrollar una reacción con un alimento o que esta reacción sea más grave o leve. Hemos avanzado mucho en alergología de precisión y el reto es que se consolide.
 
Sucede lo mismo con los tratamientos, ¿qué avances han permitido cambiar la calidad de vida de los pacientes alérgicos? 
 
Por un lado, la introducción de los fármacos biológicos, que son inmunoglobulinas diseñadas para ir contra una diana específica. Por ejemplo, en el asma, estos fármacos han conseguido que un porcentaje importante de los pacientes dejen de depender de la toma de corticoides orales a diario. En aquellos que tienen poliposis nasal asociada, los biológicos son capaces también de mejorarla, cambiando la vida de los pacientes.
 
Estos biológicos también han servido para cambiar completamente el tratamiento de la dermatitis atópica, que era una enfermedad que no tenía prácticamente tratamientos efectivos y era una carga muy importante para muchos niños y familiares. Ahora se han empezado a hacer estudios en los niños muy pequeños y ya se ha autorizado un fármaco para usarlo desde los seis meses de edad. 
 
Estos nuevos tratamientos comenzaron a utilizarse hace solamente uno o dos años, pero hemos visto cambios espectaculares en la calidad de vida de pacientes que tenían lesiones a diario y que no conseguíamos controlarlos ni con toma de corticoides ni con inmunosupresores.
 
En el tratamiento de esta enfermedad también han sido muy importantes nuevas moléculas que permiten inhibir procesos inflamatorios. 
 
Y las vacunas, ¿cómo han mejorado la vida de los pacientes con alergia?
 
En el campo de la inmunoterapia con alérgenos, que son las famosas vacunas, se está empezando a introducir también la inmunoterapia con moléculas: en vez de poner un extracto completo del polen del ciprés, ahora ponemos el alérgeno principal. Estamos yendo a tratamientos mucho más específicos y dirigidos. 
 
En cuanto al diagnóstico, ¿qué deben saber los médicos que no son especialistas en alergología para darle la mejor atención al paciente?
 
Siempre que haya sospecha de alergia, es fundamental que se derive al paciente a alergología, pues ahora también podemos hacer un diagnóstico molecular en sangre que va a marcar las recomendaciones que se le hagan al paciente. Es decir, si una persona es alérgica al perro, antes se le diagnosticaba una sensibilización al perro, pero ahora con estas nuevas técnicas podemos identificar a qué moléculas que produce el perro tiene alergia. Así podremos saber, por ejemplo, si tiene únicamente alergia a una molécula que solo tienen los perros machos. También podemos saber si una alergia al cacahuete va a producir reacciones muy graves o leves. 
 
Este análisis molecular se le suele hacer a pacientes que presentan polisensibilización, que ahora sucede a prácticamente el
80 % de los pacientes.
 
¿El cambio climático ha potenciado este aumento de alergias? 
 
Al cambiar la duración de las estaciones y la temperatura se induce un estrés en las plantas que hace que los alérgenos puedan ser más potentes. La contaminación actúa también como adyuvante para aumentar la inmunogenicidad. Además, si hay una polinización más intensa y duradera, los síntomas también lo son. 
 
¿Cuáles son los principales retos en alergología actualmente?
 
Además de los que ya hemos comentado, es fundamental mejorar los métodos diagnósticos de alergia a los medicamentos porque actualmente debemos recurrir a pruebas cutáneas. Se está realizando estudios in vitro para conseguir nuevos métodos como la activación de los basófilos. 
 
Asimismo, debe considerarse el incremento de la alergología como disciplina en la docencia de grado en las facultades de Medicina, que es una asignatura que está poco introducida.
 
Por último, implementar estrategias efectivas de prevención porque ha habido un avance muy notable en las alergias, sobre todo las respiratorias y alimentarias, y tenemos que ser capaces de comprender los mecanismos que se producen.