“Sí el modelo de MUFACE cae, me tendría que reinventar”

19 jul 2023

- Así lo explica el Dr. Alberto Sacristán, médico de familia y prestador del servicio a MUFACE, a través de las compañías, “ya que el 60 – 70 % de los pacientes de mi consulta médica pertenecen a esta mutualidad”

- Según el Dr. Sacristán, es necesario reclamar que MUFACE se siente a negociar con los médicos sobre los precios de las consultas, para que sean acordes a los estándares de la Unión Europea y al libre mercado. También destaca la urgencia de un aumento del IPC, sin esperar más tiempo.

El colectivo médico de medicina privada se encuentra sumido en incertidumbre y falta de comunicación por parte de la Mutualidad General de funcionarios Civiles del Estado en España (MUFACE) y las aseguradoras – ASISA, DKV y Adelas-, debido a las recientes noticias sobre una posible quiebra del modelo debido a la falta de financiación. El Dr. Alberto Sacristán, médico de familia y prestador del servicio a MUFACE a través de las compañías, expone que “no conocemos qué va a ser de nosotros".
 
Ante la noticia de que DKV amenaza con abandonar el modelo de MUFACE debido a la infrafinanciación, surge la pregunta de qué ocurriría con los usuarios que reciben atención a través de esta aseguradora. Sería necesario que cambien a otra compañía, pero existe el riesgo de que estos pacientes, en lugar de optar por otra aseguradora privada, prefieran acudir al sistema público de salud. Además, se añade la incertidumbre de si el resto de las aseguradoras tomarán la misma decisión, creando un efecto cascada.
 
En este caso, el Dr. Sacristán nos explica que, si este modelo colapsa, “tendría que reinventarme, ya que entre el 60 y el 70 % de los pacientes de mi consulta médica pertenecen a MUFACE. En términos numéricos, esto implica alrededor de 2.500 pacientes aproximadamente”.
 
La inestabilidad económica agrava esta situación
 
Los médicos que atienden a pacientes de MUFACE reciben una remuneración inferior por los mismos actos médicos en comparación con otros pacientes de la misma compañía. 
 
El Dr. Sacristán confirma que los médicos de familia prácticamente en todas las compañías cobran menos de 10 euros por acto médico y una consulta a domicilio, que tarda cerca de una hora, ronda los 7 y 12 euros.  Esta situación económica precaria lleva a una pérdida del poder adquisitivo y una falta de reconocimiento profesional.  
 
Precios congelados durante los últimos 30 años
 
El problema se origina en los precios congelados durante los últimos 30 años y a que no se ha ajustado el IPC a los profesionales médicos, a diferencia de la cuota de los asegurados que ha ido aumentando con el paso del tiempo.
 
Por tanto, “lo que deberíamos reclamar, que es lo mismo que está pidiendo DKV, que me parece lícito, es que la mutualidad se siente a hablar con nosotros sobre los precios para que sean acordes a lo que hay establecido en la Unión Europea y al libre mercado. Una subida del IPC, que es algo que se debería hacer ya y no esperar más, para conseguir una sanidad privada digna y de alta calidad”, manifiesta. 
 
Repercusión en los pacientes
 
“El gran perjudicado siempre somos los profesionales médicos, quienes somos los protagonistas de este sistema de salud. Sin embargo, también comienza a afectar a los pacientes, ya que sus médicos de toda la vida dejan de trabajar con la compañía. Se sienten perdidos y decepcionados porque ya no pueden ser atendidos por su especialista habitual y deben ser tratados por un nuevo médico", afirma.
 
El problema se agrava aún más por la escasez de profesionales médicos y el aumento de los pacientes que contratan un seguro privado, lo que ha llevado a que el tiempo de espera para acceder a especialistas y pruebas diagnósticas sea mayor. "Ahora las citas te las dan para dentro de tres o cuatro meses, cuando antes, como máximo, al mes y medio ya tenías esa cita. Una de las razones por las que las personas buscan una alternativa a la sanidad pública es para tener una mejor prestación", confirma el Dr. Sacristán.
 
Por tanto, los médicos de familia se han convertido en un recurso para todo y, aunque tratan brindar la mejor atención posible, se ven desbordados por la demanda.